De Pipa tomamos un bus hasta Goianinha y de ahí uno que iba a Recife, ya que habíamos quedado con Eduardo, de couchsurfing, para alojarnos en su casa. Cogimos un bus y, como habíamos llegado antes de tiempo, nos fuimos a tomar algo. Eduardo nos recibió en su casa con los brazos abiertos… ¡fuimos sus primeros invitados!
Nos acomodamos y nos fuimos a dar un paseo para ubicarnos en la zona de Boa Viagem y para cenar algo.
– Olinda –
Al día siguiente tomamos un bus para ir a esta hermosa ciudad colonial de calles empedradas. Nada más llegar, se nos fueron acercando algunas personas ofreciendo tours por la ciudad, a pie y dando explicaciones de todo lo interesante. No nos pareció mala idea… pero sólo era en portugués y nuestro nivel no era muy bueno. Además, teníamos hambre y queríamos almorzar. Como disponíamos de bastante tiempo, decidimos hacerlo por nuestra cuenta.
Calle de Olinda, con Recife al fondo |
Fuimos a información turística y nos dieron un mapa y algunas recomendaciones. Nos montamos nuestro itinerario y empezamos la ruta. La ciudad en sí es preciosa, cada dos pasos nos encontramos con hermosas casas coloniales de diferentes colores, unas mejor conservadas que otras, pero todas bonitas. Fuimos caminando hasta el Alto da Se, pasando por un mercado artesanal, muy interesante, hasta llegar a la Catedral da Se. Al lado de la iglesia está la «Caixa d’agua» (depósito de agua) a la que se puede acceder sin coste y que albergaba una exposición de arte, desde el último piso se puede observar la ciudad y el mar. Unas vistas increíbles. Esta Caixa tiene un ascensor panorámico que, obviamente, estaba en mantenimiento (por eso pudimos ver la exposición en el interior del recinto). Hay que indicar que esta Olinda reúne un gran número de iglesias (todas ellas cerradas el día que fuimos).
Catedral da Se, Olinda |
Teníamos muchas ganas de entrar en la Iglesia y convento de San Francisco, pero no fue posible porque cerraron poco antes de nuestra llegada. Aún así, no nos desanimamos, Olinda tiene mucho que ofrecer. Seguimos hasta la Praça do Carmo, en lo alto de la cual se encuentra la iglesia del mismo nombre (también cerrada).
Para terminar nuestro paseo por esta hermosa ciudad, rodeamos la iglesia do Carmo y llegamos a un hermoso parque con estanques, nenúfares y peces. Perfecto para acabar nuestro recorrido en Olinda.
– Recife antigo –
Praça do Marco Zero, en la parte antigua de Recife |
De ahí, tomamos un bus hasta el lugar donde nació la ciudad de Recife, que está en una pequeña isla. Empezamos por la Sinagoga Kahal Zur Israel, del siglo XVII (primera sinagoga de las Américas), para pasar a la Praça do Marco Zero, donde se encuentra ese hito y desde donde se puede apreciar el Parque de las esculturas, una exposición de esculturas al aire libre (únicamente se puede acceder por barco). Dado que era tarde, decidimos no ir y continuar nuestro paseo. En esa plaza hay unos edificios coloniales muy bonitos, digno de visitar. Aunque solo tiene eso.
No hay mucho que visitar por la zona, así que nos alejamos un poco más. Hay algunos edificios bonitos pero nada conservados al lado de modernas construcciones que hacen resaltar aún más su lamentable estado.
Llegamos a la Praça da Republica, donde se encuentra el Palacio do Campo das Princesas, el Teatro Santa Izabel y el Palacio de Justiça. En ese mismo parque hay un enorme y magnífico Baobab. De ahí, cruzamos el puente para ir a averiguar dónde se tomaba el bus para ir a nuestro hogar temporal.
– Santo Antonio –
La siguiente mañana fuimos directamente a almorzar al Mercado de São José. Como no sabíamos dónde bajarnos, le preguntamos a un señor mayor que iba en nuestro mismo autobús. Nos dijo que nos avisaría… lo que no sabíamos es que otro extranjero también le había preguntado y, para nuestra sorpresa, el señor se bajó con nosotros (y el otro despistado) y nos acompañó hasta el mercado, previniéndonos de los peligros y de que no era muy buena zona. Nosotros esperábamos que nos pidiera dinero, pero no, a cambio nos regaló una sonrisa y se fue.
N. S. do Carmo |
Almorzamos (realmente no parecía muy buena zona) y luego seguimos caminando hacia la Igreja do São Pedro en lo que tampoco tenía muy buena pinta. La iglesia, por fuera, es bonita (como casi siempre, estaba cerrada). Seguimos hacia la Basílica y Convento N.S. do Carmo, que también estaba cerrada, pero justo al lado encontramos la igreja Santa Tereza d’Avila en la que tuvimos suerte: estaba abierta, en preparativos para una boda.
Nos acercamos al Forte das Cinco Pontas, que está junto a una autopista. Dimos una vuelta por fuera pues, como no, estaba cerrado. Desde fuera… no es muy interesante.
Para terminar con el recorrido de ese día, nos dirigimos hacia la Casa de la Cultura de Pernambuco, actual centro comercial fue en su momento una cárcel (y así lo demuestra una de sus celdas que se mantiene prácticamente intacta). Es un lugar espectacular, lleno de pequeñas tiendas donde comprar cosas interesantes y donde aún se puede uno imaginar lo que fue.
De ahí, regresamos para hacer el equipaje y continuar hacia un nuevo destino…
Muito obrigados Eduardo per sua hospitalidade!!!
Información que te puede interesar:
* ¿Cuándo fuimos?: Segunda semana de octubre de 2012
* Bus de Goianinha a Recife
– 4 horas
– 62R / persona
* Buses urbanos de Recife
– 2,15R / persona
* Bus de Recife a Olinda
– 3,25R / persona
* Alojamiento Hostel Piratas de Praia
– Habitación compartida con baño compartido
– 32R / persona
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