La vida es una película en la que tú eliges si ser el protagonista o un mero espectador.

Salta

Aún en San Ignacio, nos despertamos y salimos de la habitación. Nos encontramos con Andrés y Josu en el pasillo y fuimos juntos a desayunar. Se nos unió luego el alemán.

Nos fuimos con Andrés a la terminal de buses para ir en el mismo bus a Posadas. Después llegó Josu, que iba a Puerto Iguazú, así que pudimos despedirnos con tranquilidad.

En Posadas nos despedimos de Andrés y cambiamos de bus hacia Resistencia. Allá, con el tiempo justo, tomamos otro bus a Salta. Como era nocturno y habíamos tenido un día maratoniano, nos dimos el lujo de comprar un par de asientos «cama»… nos tocaron los de la última fila, apenas se reclinan y tienes los asientos de los de delante taponando las piernas.

Cuando nos subimos al bus, vimos que había un cristal agrietado, así que nos subieron a todos al piso de arriba, por un par de horas. Luego nos enteramos que el bus había pasado por un lugar donde estaban en huelga y ese cristal había recibido un impacto de bala. Suerte que no había nadie dentro. Lo arreglaron y pudimos volver a nuestros caros asientos.

Después de repartir la cena, Javita vio que los asientos en primera fila estaban libres, así que se cambió y durmió a pierna suelta todo el trayecto. Antes de llegar, repartieron el desayuno.

Llegamos a Salta y fuimos en busca de alojamiento. Encontramos uno que nos gustó mucho y, aunque pedimos dos camas en dormitorio (por ser lo más barato), al ver que éramos pareja, nos dejaron una habitación para nosotros solos. Como estábamos cansados, no hicimos nada más que pasear un poco el resto del día.

Lo malo era que queríamos dejar las mochilas 10 días pero ahí no se podía, así que nos tocó buscar otro alojamiento al día siguiente. Encontramos uno que nos gustó y donde podíamos dejar las mochilas el tiempo que quisiéramos, así que nos cambiamos.

Queríamos empezar nuestra ruta por el norte al día siguiente, pero como era el cumpleaños de Oscar, decidimos postergarlo un día más. Fuimos a un bonito restaurante a comer y paseamos por la ciudad. Salta nos gustó, es una ciudad tranquila, con edificios bajos, más bien casas y con algunas cosas que visitar.

(En estas primeras publicaciones de Argentina apenas hay fotos puesto que perdimos la cámara en la que estaban la mayoría de las que habíamos hecho desde que entramos en el país)

– Bus San Ignacio – Resistencia
* 160 AR$
* 6,5 horas

– Bus Resistencia – Salta
* 413 AR$
* 13 horas

– Hostel Coloria
* Habitación doble, baño privado, desayuno
* 150 AR$

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