La vida es una película en la que tú eliges si ser el protagonista o un mero espectador.

Córdoba… la de Argentina

Después de pasar parte de la noche en la estación de buses de Merlo, haciendo todo lo posible por combatir el sueño, por fin nos subimos al bus que nos llevó a Córdoba. Llegamos a primera hora, buscamos un cibercafé para mandar un mensaje a nuestro couchsurfer y avisarle que ya habíamos llegado.
Nos cargamos las mochilas a las espaldas y, después de comprobar el camino a su casa, nos pusimos en marcha. La estación de buses no estaba muy lejos, así que decidimos ir andando tranquilamente. De repente, en una cuesta, un coche se paró y el conductor se puso a hablar con Oscar. ¡Qué suerte tuvimos! Nos encontró antes de una subida bastante empinada.
Nos fuimos a su casa, hablamos un rato y se fue a trabajar. Con todo organizado y ya desayunados, nos fuimos a pasear por la ciudad para empezar a ubicarnos en ella.
Iglesia de los Capuchinos
Cruzamos el enorme parque Sarmiento, llegando a plaza España, desde donde a pocos pasos encontramos una de las fachadas más bonitas y originales que hemos visto, la de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (conocida también como «de los Capuchinos«). A pesar de no ser de las más antiguas, los vivos colores de la fachada y su peculiar estilo, nos llamaron fuertemente la atención. Después de deleitarnos con semejante belleza, pasamos a su interior. No decepciona en absoluto. Con un techo conformado por bóvedas de aristas, separadas por arcos ojivales, lo que captó nuestra miradas fue su decoración de un precioso azul celeste plagado de estrellas. Lo realmente interesante es que no se trata de una simple decoración. Si observas bien, verás que cada bóveda representa el cielo nocturno en cada mes de 1930, visto desde Córdoba y sin pretender la máxima exactitud, claro. Impresionante y laborioso trabajo.

Maravillados por esta grata sorpresa, seguimos caminando por la ciudad en busca de un lugar para comer. Y así llegamos al Patio Olmos, un centro comercial o shopping ubicado en un edificio bastante bonito, donde decidimos comer.
Como estábamos cansados y habíamos quedado por la tarde con Carlos, nuestro querido anfitrión, volvimos a su casa dando un largo y agradable paseo.
Por la noche nos fuimos con él y Mónica a la plaza San Martín, donde vimos la Catedral y la Manzana Jesuítica bellamente iluminadas. Por la noche, todo tiene una sensibilidad especial, ¿no te parece?
Al día siguiente, pudimos contemplar la ciudad en su máximo esplendor. Si no dispones de mapa ni indicaciones, ¿cómo saber qué edificios son importantes? Bueno, algo que nos pareció curioso, a la vez que útil y bonito, es que todos los edificios de cierta relevancia tienen dibujada su fachada en la acera, a modo de sombra. Realmente curioso.

Catedral de Córdoba

Iglesia Catedral de Córdoba
Ubicada en la plaza San Martín, una bella plaza de adoquines, en el solar donde anteriormente se erigió la Iglesia Mayor hasta que se derrumbó en 1677, encontramos la actual Catedral. Diez años después de esta catástrofe, que acabó con la vida de varias personas, las obras para la actual edificación, gracias a los donativos de los vecinos, ya estaban en marcha.
Debido a la poca pericia de los constructores encargados de la obra y después de otro derrumbamiento parcial, pidieron ayuda a un arquitecto español y, posteriormente, a un jesuita. De ahí, esa mezcla de estilos que caracterizan esta edificación que, no debemos olvidar, fue levantada por trabajadores indígenas, mestizos y criollos. Bueno, éste y muchos otros edificios de la época colonial.
A pesar de tener una fachada menos impactante que la iglesia de los Capuchinos, igual merece una especial mención por su hermosa decoración interior y las impresionantes pinturas barrocas del techo. Aunque no seas muy religioso, vale la pena sentarse en uno de los bancos y contemplar las escenas representadas y todos sus detalles.

Convento e Iglesia de Santa Teresa

Lo que más nos llamó la atención de esta iglesia es la historia que hay detrás y es que, según nos contaron, su construcción proviene del amor de un padre por su hija. Resulta que, por allá en el siglo XVII, una de las hijas de un señor (digamos que con una cómoda economía) estaba muy enferma. Este señor se encomendó a Santa Teresa, quien parece que medió en la recuperación de la niña. Como es de buen cristiano el ser agradecido, este señor decidió mandar a construir una iglesia dedicada a esta Santa. ¿No son bonitas las historias de amor?

Manzana jesuítica

Uno de los mayores atractivos de la ciudad es la conocida como Manzana Jesuítica, en cuyos terrenos los jesuitas erigieron edificios de gran importancia. En estos mismos terrenos, antes de ser cedidos a esta orden, los franciscanos habían levantado una ermita con la ayuda del pueblo. En 1599, el Cabildo cede los terrenos a la Orden de la Compañía de Jesús quienes tenían como principales misiones tanto la evangelización como la educación.
Menos de diez años después de obtener los terrenos, en ellos ya se habían construido las viviendas y la Capilla Doméstica, que sustituiría la antigua ermita y que es para uso privado de los monjes. Sin mucha prisa, varios años después, empezaron la construcción de la Iglesia.
Patio de la Universidad con la torre de la Iglesia Jesuitica detrás
Poco tiempo después de la cesión de los terrenos, en 1610, construirían el Colegio Máximo, y un par de años más tarde se les reconoció la facultad de otorgar grados académicos en América, lo que dio paso a la creación de la Universidad Jesuítica de Córdoba. Durante décadas, la Orden se tuvo que enfrentar al reto de mantener la Universidad con recursos mínimos, mientras seguían llegando jóvenes de todas partes con la voluntad de estudiar. Los jesuitas crearon una serie de estancias a las afueras de Córdoba que les permitiría generar los recursos necesarios para mantener la Manzana Jesuítica (en el siguiente post hablaremos de una de ellas, Alta Gracia).
Aula del Colegio Monserrat
Debida a la gran afluencia de jóvenes dispuestos a estudiar, los jesuitas decidieron crear el Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat. Este colegio fue, como su propio nombre indica, un internado donde vivían los jóvenes que estudiaban en la universidad. Mantuvo este carácter hasta el año 1857, año en que ya gestionado por autoridades nacionales se convirtió en un instituto de enseñanza secundaria, pasando a llamarse Colegio Nacional de Monserrat. Medio siglo después se anexa a la Universidad y empiezan a impartirse en él (hasta la actualidad) estudios universitarios. A día de hoy, aún conserva ese aire de solemnidad típico de los lugares que han jugado un papel importante en la historia de un país, pues en este colegio se formaron varios de los hombres clave en la independencia de Argentina.
Después de la expulsión de los jesuitas del continente americano en 1767, tanto la Universidad como el Colegio Monserrat pasaron a estar bajo las órdenes de los franciscanos, posteriormente a manos de autoridades provinciales y, por último, de autoridades nacionales. A pesar de todo ello, ambas instituciones consiguieron mantener siempre un gran prestigio a nivel educativo.
No te puedes imaginar el tiempo que estuvimos paseando y recorriendo cada centímetro de esa manzana.

Barrio Güemes

Arroyo la Cañada a su paso por el Barrio Güemes

Y para finalizar nuestro paseo por la ciudad, nos acercamos al barrio bohemio. Nacido como barrio obrero, aún conserva algunas casas antiguas que fueron pensiones o conventillos, ahora restauradas albergan centros culturales y galerías. Una muestra es el Paseo de las Artes donde se ubica la Feria de Artesanías más importante de la provincia. El recinto de la Feria se quedó pequeño y actualmente ocupa también parte del arroyo La Cañada, donde no solo encontramos artesanos, comercios, si no también una amplia oferta de restauración. Ideal para ir a pasear por el día o ir a cenar por la noche.

Si te decides a visitar esta provincia, presta especial atención al típico acento cordobés, distinto del resto del país. ¡Nos encantó!
Desde aquí queremos agradecer a Carlos por su cálida hospitalidad, nos llegó al corazón.
* ¿Cuándo fuimos?: Mediados de febrero de 2013
* Bus de Merlo a Córdoba
– 140 AR$/persona
– 5h., aprox.
* Bus interurbano
– Compañía: RedBus
– Compra una tarjeta y haz la recarga que consideres oportuna, el coste de los pasajes depende de las zonas a las que viajes y del horario en que uses la tarjeta

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